Jägermeister está compuesto por 56 ingredientes naturales. Solo cinco personas conocen la receta de esta bebida que ha conquistado a jóvenes de todo el mundo. España es ya su cuarto mercado más importante.
Wolfenbüttel es una pequeña población al norte de Alemania. Rodeada de densos bosques y formada por casitas de colores, con travesaños de madera y tejados puntiagudos, podría ser el escenario perfecto para uno de los cuentos de los hermanos Grimm. Pero hay un gran edificio de cemento y cristal que rompe esta monotonía y destaca sobre los demás. Es la sede de Jägermeister. El licor que ha conquistado a los jóvenes de todo el mundo. El 80% de su producción (64 millones de botellas en 2016) se exporta. España es ya su cuarto mercado más importante. Solo superado por EE UU, Alemania y Reino Unido.
Y todo empezó en una vivienda del centro de Wolfenbüttel donde Wilhelm Mast comenzó a vender vino y vinagre en 1878. Cuando el negocio dejó de ir bien su hijo Curt Mast creó Jägermeister en 1935. Él mismo inventó la receta que se ha mantenido hasta hoy a base de hierbas, especias, semillas, raíces y flores. El nombre que le dio significa maestro cazador, un homenaje a una actividad muy extendida en la zona y a la que él mismo era aficionado. El licor tuvo desde el primer momento gran acogida en Alemania, pero era poco conocido más allá de sus fronteras. Esto cambiaría radicalmente a partir de los años sesenta.
El 80% de la producción de este licor se exporta. Los principales mercados son EE UU, Alemania, Reino Unido y España
El marketing ha sido siempre un terreno en el que Jägermeister ha destacado. Fue, por ejemplo, la primera marca del mundo en aparecer en las camisetas de un equipo de fútbol, el Eintracht Braunschweig, en 1973. Desde entonces patrocinaron multitud de deportes hasta que en el año 2000 decidieron apostar por la música. Así es como consiguieron rejuvenecer su público y poco a poco fueron conquistando los 129 países en los que hoy se comercializa.
“El marketing no tiene sentido si no fuese un producto de calidad. Estaríamos vendiendo humo”, comenta Nuno Oliveira, un portugués que lleva cinco años trabajando para la firma como coordinador de Latinoamérica, el mercado que más crece en la actualidad. Oliveira cuenta que las 56 hierbas y especias que incluye la receta son todas naturales. Y añade que solo cinco personas en el mundo conocen la fórmula completa de Jägermeister. Una de ellas es Mr. Fritz, el maestro destilador. Es el encargado de supervisar todo el proceso. Mide la proporción de los ingredientes que maceran en alcohol durante un año en gigantescas barricas de roble. Para formar el producto final, a esa base se le añade agua, alcohol, azúcar y caramelo, el responsable del característico color oscuro de este licor. Lo ideal es consumirlo muy frío, a -18ºC.
Mr. Fritz tiene 64 años y trabaja desde hace 44 en la empresa. Pronto se jubilará y ya está formando a quién será su sustituto. A él tendrá que transmitirle ese secreto que guarda desde hace años. Asegura que no es ningún ingrediente misterioso, es más bien una proporción, él lo llama el “toque final”. Cada segundo se beben en el mundo 100 chupitos de Jägermeister. Quizás sea ese toque final el que ha conquistado a millones de consumidores que crecen día a día.
Sabores del mundo
Los 56 ingredientes de Jägermeister llegan a la sede alemana de Wolfenbüttel desde todo el mundo. Entre ellos hay flores, raíces, semillas, hierbas y especias. Lo importante es que sean de la mayor calidad. El clavel viene de Madagascar, la canela de Sri Lanka, el pimentón de México y el pomelo de Paraguay. De España utilizan el azafrán, por su gran calidad.
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