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quinta-feira, 5 de setembro de 2019

QUEIMADAS - De 1929, mas muito atual o texto que segue


Ideas rudimentarias, profundamente arraigadas en el hombre de los campos venezolanos, e impotencia de los escasos pobladores de la llanura ante la enormidad de las tierras que reclaman sus esfuerzos, aconsejan el empleo del fuego, cuando ya se avecinan los primeros aguaceros del año, como único medio eficaz para que renazcan vigorosos los pastos agotados por la sequía y para destruir el gusano y los garrapatales arruinadores del ganado, y es costumbre, casi obligación de solidaridad, que todo llanero le pegue candela a los pajonales secos que encuentre a su paso, así pertenezcan a fincas ajenas.

Pero Santos no había permitido que se hicieran tales quemas en Altamira, por considerar perjudicial el rudimentario procedimiento del fuego, y contra las opiniones de Antonio Sandoval se empeñó en hacer la experiencia de recurrir a la rotación de los rebaños, para acabar con los garrapatales, y de esperar a que los pastos se renovasen por sí solos cuando comenzaran las lluvias, para comparar los resultados, mientras estudiaba la manera de introducir un sistema racional de cultivos de las praderas.

Debido a esto, seco todo Altamira, el fuego tenía que propagarse con violencia, y, en efecto, a poco, el rojo anillo se corrió por el horizonte, y cundió en obra de momentos por todo el vasto paño de sabana.
Los chaparrales oponían acá y allá una desesperada resistencia; pero se precipitaban sobre ellos las llamas girando y silbando enfurecidas, se encrespaban en la refriega, se empenachaban de negras humaredas, resonaba el tiroteo del estallido de los bejucos, y cuando ya aquel núcleo de resistencia había desaparecido, el fuego victorioso volvía a cerrar filas y proseguía el avance rápido, amenazando rodear las casas. Éstas no corrían peligro, gracias a los contrafuegos naturales de los medanales yparaderos de ganado que las circundaban; pero el aire ardiente que soplaba sobre ellas se hacía irrespirable por momentos. 
- RÓMULO GALLEGOS - Boña Bárbara (Venezuela/1929), p. 91.

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