BULA «DECET ROMANUM PONTIFICEM»
LEÓN X EXCOMULGA A MARTÍN LUTERORoma, 3 de enero de 1521
LEÓN X EXCOMULGA A MARTÍN LUTERORoma, 3 de enero de 1521
Volumen de papel, de 4 folios (rubricellae) + 330, encuadernado en piel de color rojo pálido; en el dorso en alto: LEON. X. BULLAR. A.V. AD IX. L. CLXX
ASV, Reg. Vat., 1160, f. 305r
ASV, Reg. Vat., 1160, f. 305r
El plazo de 60 días fijado en la bula Exsurge Domine en los que Martín Lutero debía dar muestra de sumisión al papa vencía el 27 de noviembre de 1520, después de que se hubieran colocado copias de la bula papal en las puertas de las catedrales de Meissen, Merseburg y Brandenburgo, y después de que hubiera llegado a manos del fraile alemán el original a él dirigido, que quemó despreciativamente. Al pontífice, considerada la decisión del innovador de continuar por el camino que había emprendido (in suo pravo et damnato proposito obstinatum), no le quedaba más remedio que poner en práctica la amenaza que había anunciado claramente en el documento del 15 de junio de 1520.
El 3 de enero de 1521 se publicaba la bula Decet Romanum pontificem con la que Lutero era declarado formalmente hereje, al igual que sus secuaces y cualquiera que en el futuro hubiera aceptado o ayudado al mismo Lutero o a sus discípulos. El pontífice se reservaba para sí mismo la posible absolución del monje y ordenaba a todos los arzobispos, metropolitanos, obispos, capítulos de catedrales, canónicos, así como a los superiores de las órdenes regulares, combatir la herejía de Lutero y sus adeptos en defensa de la fe católica. El mismo día en el que se publicaba la bula de excomunión se enviaban breves apostólicos al arzobispo de Mainz Alberto (nombrado inquisidor general para toda Alemania) y a los nuncios Caracciolo y Eck para exhortarles, concediéndoles los poderes oportunos, a combatir y juzgar a todos los luteranos obstinados.
Al contrario que la anterior, esta bula tiene una arenga de tenor exclusivamente jurídico, dejando poco espacio a los textos bíblicos (a partir de la primera línea: Leo episcopus servus servorum Dei. Ad futuram rei memoriam. Decet Romanum pontificem, ex tradita sibi divinitus potestate, poenarum spiritualium et temporalium, pro meritorum diversitate, dispensatorem constitutum, ad reprimendum nefarios conatus perversorum quos noxiae voluntatis adeo depravata captivat intentio, ut, Dei timore postposito, canonicis sanctionibus mandatisque apostolicis neglectis atque contemptis, nova et falsa dogmata excogitare, ac in Ecclesia Dei nefarium scisma inducere [...] contra tales eorumque sequaces acrius insurgere...).
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