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quinta-feira, 1 de novembro de 2012

A bruxa do século XXI



La bruja del siglo XXI

Posteado por Eduardo Quintana el 31-10-2012

¿Hay brujas en el siglo XXI? Aunque parezca extraño, miles de mujeres siguen siendo violentadas por la superstición vigente en varios países del planeta, que incluye tanto al folclore local como a la religión dominante.


Cuenta Carl Sagan, en su libro “El mundo y sus demonios”, que Friedrich von Spee, que era un jesuita, tuvo la mala suerte de escuchar las confesiones de los acusados de brujería en la ciudad alemana de Wurzburgo. En 1631 publicó Cautio Criminalis (Precauciones para los acusadores), donde exponía la esencia de aquel terrorismo Iglesia-Estado contra los inocentes.

Antes de recibir su castigo, murió víctima de una epidemia de peste... atendiendo a los afligidos como cura de la parroquia.

Aquí presentamos algunos extractos del libro de Spee:

1. Por increíble que parezca, entre nosotros, alemanes, y especialmente (me avergüenza decirlo) entre católicos, hay supersticiones populares, envidia, calumnias, maledicencias, insinuaciones y similares que, al no ser castigadas ni refutadas, levantan la sospecha de brujería. Ya no Dios o la naturaleza, sino las brujas son las responsables de todo.

2. Así, todo el mundo clama para que los magistrados investiguen a las brujas... a quienes sólo el chisme popular ha hecho tan numerosas.

6. En Alemania, ofender a estos príncipes es un serio delito; hasta los sacerdotes aprueban lo que pueda complacerles sin preocuparse de quién ha instigado a los príncipes (por muy bien intencionados que sean).

19. Antes de la tortura, sin embargo, registran a la mujer en busca de amuletos; le afeitan todo el cuerpo y le examinan sin moderación hasta esas partes íntimas que indican el sexo femenino.

21. Cuando la mujer ha sido afeitada y examinada, la torturan para hacerle confesar la verdad, es decir, para que declare lo que ellos quieren, porque naturalmente no hay otra cosa que sea ni pueda ser la verdad.

22. Empiezan con el primer grado, es decir, la tortura menos grave. Aunque dura en exceso, es suave comparada con las que seguirán. Así, si confiesa, ¡dicen que la mujer ha confesado sin tortura!

24. La condenan pues a muerte sin escrúpulos. Pero la habrían ejecutado aunque no hubiese confesado; porque, en cuanto la tortura ha empezado, la suerte ya está echada; no puede escapar, tiene que morir a la fuerza.

26. Si, durante la tortura, la vieja contorsiona sus facciones con dolor, dicen que se ríe; si pierde el sentido, que se ha dormido o está bajo un hechizo aletargador. Y, si está aletargada, merece ser quemada viva, como se ha hecho con alguna que, aunque torturada varias veces, no decía lo que los investigadores querían.

35. Hay jueces que, para aparentar una escrupulosidad suprema, hacen exorcizar a la mujer, la transfieren a otra parte y la vuelven a torturar para romper su aletargamiento; sí mantiene silencio, entonces al menos pueden quemarla.

Para Sagan, Von Spee no explícita los horribles métodos de tortura que se empleaban. Por lo que en El mundo y sus demonios, transcribe un resumen de una valiosa recopilación de La enciclopedia de brujería y demonología, de Rossell Hope Robbins (1959):

“Se puede echar una ojeada a algunos de los tormentos especiales de Bamberg, por ejemplo, cómo alimentar por la fuerza a la acusada con arenques cocinados con sal y luego negarle el agua... un método sofisticado que iba unido a la inmersión de la acusada en un baño de agua hirviendo a la que se había añadido cal. Otras formas de tortura para las brujas eran el caballo de madera, varios tipos de potros, la silla de hierro caliente, tornos de piernas (botas españolas) y grandes botas de metal o piel en las que (con los pies dentro, desde luego) se vertía agua hirviendo o plomo fundido. En el tormento de la toca, la question de I 'eau, se hacía tragar agua a la acusada a través de una gasa para provocarle asfixia. A continuación se retiraba rápidamente la gasa para desgarrarle las entrañas. Las empulgueras (grésillons) tenían el objetivo de comprimir el pulgar de la mano o el dedo gordo del pie en la raíz de las uñas de modo que el dolor al apretar fuera insoportable”

La última ejecución por brujería en Holanda, cuna de la Ilustración, fue en 1610; en Inglaterra, en 1684; en Estados Unidos, en 1692; en Francia, en 1745; en Alemania, en 1775, y en Polonia, en 1793. En Italia, la Inquisición condenó a muerte a gente hasta finales del siglo XVIII y la tortura inquisitorial no se abolió en la Iglesia católica hasta 1816. El último bastión defensor de la realidad de la brujería y la necesidad de castigo han sido las Iglesias cristianas.

¿Hay brujas en el siglo XXI? Nunca las hubo, pero sí hay una feroz caza a todas las mujeres que no se adecuaron, a lo largo de la historia, a los dogmas religiosos, principalmente cristianos. En nuestros países, "la bruja" hoy en día no se limita a las famosas curanderas o médicas ñana, la Iglesia católica ve con malos ojos a la mujer libre, a la que no se somete a una sociedad machista, renegada e hipócrita.

“La bruja del siglo XXI” trabaja, piensa por sí misma, es inteligente, culta y está a favor de la libertad individual, negada para ella por varios siglos simplemente por haber nacido mujer. La bruja es aquella que hoy en día se educa sexualmente, que no tiene como gran aspiración el casamiento, la que por cuestiones insospechadas, decide abortar, la que se prepara intelectualmente. Con esta "bruja", muy poco hoy puede hacer la Iglesia. Y eso, es un gran logro de nuestra era, que costó persecuciones, lucha y muerte.

Fonte: ABC COLLOR (PARAGUAY)

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