Shahbaz Bhatti se había mostrado contrario a la polémica ley contra la blasfemia
REUTERS - Islamabad - 02/03/2011
El ministro paquistaní para las minorías, el cristiano Shahbaz Bhatti, contrario a la polémica ley contra la blasfemia en Pakistán, ha sido asesinado a tiros en Islamabad. Bhatti era el único miembro cristiano del Gobierno paquistaní. En enero, otro dirigente contrario a la ley, el Gobernador de la región de Punjab, también fue asesinado.
La policía ha informado de que tres hombres, armados con rifles de asalto, han atacado a Bhatti cerca de un mercado de Islamabad. "Los primeros informes dicen que fueron tres hombres. Probablemente, fue disparado con Kalashnikovs , pero aún estamos investigando lo ocurrido", ha declarado a Reuters el jefe de la policía de Islamabad, Wajid Durrani. Un portavoz médico ha informado de que el cuerpo del ministro presentaba varias heridas de bala.
Bhatti se había mostrado favorable a enmendar la ley anti-blasfemia, que, aunque procede de los años 80, volvió a ponerse de actualidad el pasado mes de noviembre, cuando un juez la invocó para condenar a muerte a Asia Bibi, una mujer cristiana de 45 años, madre de cuatro hijos. Desgraciadamente, Bhatti no ha sido el único asesinado por criticar la ley: El pasado 4 de enero, Salman Tasir, el gobernador de la provincial de Punjab, la más poblada del país, que se había opuesto con fuerza a la ley y que pidió el perdón presidencial para la mujer, fue asesinado por uno de sus guardaespaldas. Tasir, del mismo partido que la ex primera ministra Benazir Buttho, asesinada a finales de 2007, se alzó siempre como un azote contra los islamistas y contra la oposición que se rinde ante los talibanes.
La ley anti-blasfemia hunde sus raíces en la legislación colonial del siglo XIX, cuando fue impuesta para proteger los lugares de culto, pero fue durante la dictadura militar del general Mohamed Zia ul-Haq, en los años 80, cuando entró en el código penal y se convirtió en una de los pilares fundamentales para islamizar el Estado. Muchos liberales paquistaníes y grupos de derechos humanos creen que la ley es peligrosamente discriminatoria contra los grupos minoritarios del país, pero los grupos religiosos, especialmente los más radicales, la defienden.
Según esta norma, cualquiera que hable mal del Islam o del profeta Mahoma está cometiendo un crimen condenado con la pena de muerte, sin embargo, su redacción es tan vaga que ha ido cayendo en desuso hasta que en noviembre un juez la puso de nuevo bajo el foco público al condenar a Asia Bibi. Los juicios por blasfemia son comunes, aunque nunca se ha consumado una pena de muerte; en su mayoría los casos son tumbados en los juzgados, aunque muchos acusados de blasfemia han sufrido las iras de las muchedumbres que se toman la justicia por su mano.
Los cristianos, apenas el 2% de la población de Pakistán, creen que le ley no les ofrece protección, ya que las condenas giran en torno al testimonio de testigos, lo que puede dar entrada a venganzas personales.
Fonte: EL PAIS (España)
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