20/06/11 Mientras los jóvenes protestan, Bossi, socio del premier, amenaza con irse del gobierno.
La presión contra el primer ministro y el clima de desintegración social crece. Ayer, el embate también vino de su tradicional aliado. Ante una multitud vestida con los colores verdes de la Liga Norte que gritaba continuamente: “¡Secesión! ¡Secesión!”, reclamando la separación de Italia y la creación de una nueva patria, la Padania, Umberto Bossi el caudillo indiscutido del partido y socio imprescindible en el gobierno de Berlusconi, l anzó un ultimatum al jefe del gobierno para que apruebe una serie de medidas muy difíciles de cumplir y se resigne a no ser más el líder de la centroderecha en las próximas elecciones.
En un campo verde que alberga según la policía no más de treinta mil personas (pero los organizadores vieron 80 mil), en la localidad de Pontida, Lombardía, Bossi dijo que iba a mantener el apoyo de la Liga en el voto de confianza del miércoles al gobierno, “porque si Berlusconi cae se favorece la izquierda y nosotros acabamos de perder dos elecciones”.
Como era evidente cuánto el pueblo liguista detesta hoy a Berlusconi, a quién le echan las culpas del fracaso de la Liga Norte en las elecciones municipales parciales y en los referendos de las últimas tres semanas, Bossi puso condiciones terribles a il Cavaliere para mantener su apoyo.
En un volante distribuido al pueblo nordista –en el que predomina un talante separatista y xenófobo, con tintes racistas contra los inmigrantes–, Bossi puso contra la pared a Berlusconi. El Consejo de Ministros debe aprobar en dos semanas el comienzo de una reforma constitucional que reduzca a la mitad el número de parlamentarios y que convierta al Senado en una asamblea federal.
Al comienzo del otoño boreal, en setiembre, el gobierno Berlusconi debe aprobar una reforma fiscal en favor de los sectores productivos, que según el Fondo Monetario y la Unión Europea Italia no está en condiciones de afrontar. Es el país más endeudado de Europa, con el 120% de su Producto Bruto Nacional, y Berlusconi firmó un acuerdo para poner en orden las cuentas públicas que en los próximos tres años obligará a una purga drástica de saneamiento de más de 40 mil millones de euros.
Según el volante-ultimatum que agitaban contentos los militantes de la Liga, que no ven la hora de irse del gobierno Berlusconi, en las próximas dos semanas el Ejecutivo debe aprobar un decreto ley que reduzca las muy costosas misiones militares en el exterior.
En el acto de Pontida, Bossi cedió la palabra al ministro del Interior, Roberto Maroni, quién agregó otra exigencia concordada: poner fin a la guerra en Libia.
“Basta de bombardeos y de misiles, que no son inteligentes”, dijo el número dos de la Liga Norte. La guerra ha causado un aluvión de inmigrantes provenientes de Libia “y la única forma de detenerlo es poner fin a la guerra”, afirmó Maroni.
Un dirigente opositor del Tercer Polo centrista, Italo Bocchini, comentó en Roma el discurso de Bossi afirmando que “ha puesto en terapia intensiva a Berlusconi, entubado y con respiración artificial”. Lo único que no se sabe es “cuando Bossi va a sacarle el enchufe al respirador”.
Desde Milán, Berlusconi prometió que tendrá “en cuenta el programa de la Liga”.
Fonte: CLARIN (Argentina)
En un campo verde que alberga según la policía no más de treinta mil personas (pero los organizadores vieron 80 mil), en la localidad de Pontida, Lombardía, Bossi dijo que iba a mantener el apoyo de la Liga en el voto de confianza del miércoles al gobierno, “porque si Berlusconi cae se favorece la izquierda y nosotros acabamos de perder dos elecciones”.
Como era evidente cuánto el pueblo liguista detesta hoy a Berlusconi, a quién le echan las culpas del fracaso de la Liga Norte en las elecciones municipales parciales y en los referendos de las últimas tres semanas, Bossi puso condiciones terribles a il Cavaliere para mantener su apoyo.
En un volante distribuido al pueblo nordista –en el que predomina un talante separatista y xenófobo, con tintes racistas contra los inmigrantes–, Bossi puso contra la pared a Berlusconi. El Consejo de Ministros debe aprobar en dos semanas el comienzo de una reforma constitucional que reduzca a la mitad el número de parlamentarios y que convierta al Senado en una asamblea federal.
Al comienzo del otoño boreal, en setiembre, el gobierno Berlusconi debe aprobar una reforma fiscal en favor de los sectores productivos, que según el Fondo Monetario y la Unión Europea Italia no está en condiciones de afrontar. Es el país más endeudado de Europa, con el 120% de su Producto Bruto Nacional, y Berlusconi firmó un acuerdo para poner en orden las cuentas públicas que en los próximos tres años obligará a una purga drástica de saneamiento de más de 40 mil millones de euros.
Según el volante-ultimatum que agitaban contentos los militantes de la Liga, que no ven la hora de irse del gobierno Berlusconi, en las próximas dos semanas el Ejecutivo debe aprobar un decreto ley que reduzca las muy costosas misiones militares en el exterior.
En el acto de Pontida, Bossi cedió la palabra al ministro del Interior, Roberto Maroni, quién agregó otra exigencia concordada: poner fin a la guerra en Libia.
“Basta de bombardeos y de misiles, que no son inteligentes”, dijo el número dos de la Liga Norte. La guerra ha causado un aluvión de inmigrantes provenientes de Libia “y la única forma de detenerlo es poner fin a la guerra”, afirmó Maroni.
Un dirigente opositor del Tercer Polo centrista, Italo Bocchini, comentó en Roma el discurso de Bossi afirmando que “ha puesto en terapia intensiva a Berlusconi, entubado y con respiración artificial”. Lo único que no se sabe es “cuando Bossi va a sacarle el enchufe al respirador”.
Desde Milán, Berlusconi prometió que tendrá “en cuenta el programa de la Liga”.
Fonte: CLARIN (Argentina)
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