Es el de los lefebvrianos de la Comunidad Pío X, que anunciaron la “total contrariedad” a la beatificación de Juan Pablo II, prevista para el 1° de mayo.
Las negociaciones entre el Vaticano y los ultraconservadores cismáticos de monseñor Lefebvre para reintegrarlos a la vida de la Iglesia, quedaron en estos días al límite de una ruptura definitiva después que el líder religioso de la “Comunidad Pío X” anunció la “total contrariedad” a la beatificación de Juan Pablo II, prevista para el 1 de mayo próximo.
“Elevar al Papa polaco a los altares es un problema grave porque su pontificado dió saltos hacia adelante pero en la dirección equivocada, en el sentido del progresismo y lo que se llama espíritu del Concilio Vaticano II”, señaló monseñor Bernard Falley, superior de los lefebvrianos.
La beatificación es “una consagración no solo de Juan Pablo II sino del Concilio y de todo el espíritu que lo ha acompañado”.
Las declaraciones del jefe de los ultraconservadores demostraron que las conversaciones iniciadas en octubre de 2009 entre el Vaticano y la comunidad cismática no han llevado a ningún acuerdo. Su tema central es la aceptación de las enseñanzas del Vaticano II y de los últimos papas.
El Papa Joseph Ratzinger cometió el peor error de su pontificado en enero de 2009, cuando levantó la excomunión a los cuatro obispos que había consagrado en 1998 el francés monseñor Marcel Lefebvre en abierto desafío al Papa polaco, quién excomulgó a los cinco más otro obispo lefebvriano que concelebró la consagración ilegítima de los cuatro episcopales junto con Lefebvre.
Entre los cuatro obispos a los que el Papa perdonó se encuentra el inglés Richard Williamson, que era el director del seminario lefebvriano de La Reja, en el gran Buenos Aires. Williamson negó ante la TV sueca la existencia del Holocausto judío por los nazis y la misma existencia de la cámara de gas. El gobierno argentino lo expulsó del país.
La decisión de Benedicto XVI produjo protestas sin precentes contra la figura del Papa en varios episcopados europeos. Williamson insiste hasta hoy en sus opiniones negacionistas.
Pero Joseph Ratzinger, un tradicionalista, quiso seguir adelante para reabsorber el cisma lefebvriano y creo una comisión mixta de diálogo cuyos resultados se están resolviendo en un fracaso absoluto.
Monseñor Fellay fue otro de los cuatro obispos a los que el Papa levantó la excomunión. En una reciente entrevista, el líder de la Comunidad Pío XII, dijo que en la comisión de diálogo se habían analizado las principales preguntas planteadas por el Concilio, “sin llegar a ningún acuerdo”.
Si las tratativas fracasan definitivamente los lefebvrianos no serán reincorporados a la Iglesia. Sus obispos y sacerdotes no podrán celebrar la misa y los sacramentos en comunión con Roma.
El obispo Fellay remató las profundas discrepancias con el Papa condenando la decisión de Benedicto XVI de celebrar en octubre en Asís los 25 años de la Jornada Mundial de Oración que quiso Juan Pablo II. –Aquel encuentro ha hecho historia entre las religiones por la importancia extraordinaria que tuvo el gesto ecuménico.. “No podemos rezar juntos porque no reconocemos el mismo Dios”, aseguró el líder lefebvriano.
Además de Fellay y Williamson, el Papa levantó la excomunión también a los obispos cismáticos Bernar Tissier de Mallerais, francés, y al hispano-argentino Alfonso de Galarreta. Nacido en España, monseñor Galarreta vivió desde chico en la Argentina y en 2009 sustituyó al neonazi obispo Richard Williamson como director del Semninario de La Reja, en el partido de Moreno. Galarreta es uno de los líderes de la comunidad lefebvriana “San Pío X”, que tiene sede en Econe, Suiza, que participan de la comisión mixta de diálogo con la Santa Sede.
Si como parece las tratativas fracasaran y se agudizarán los contrastes entre el Vaticano y los ultramontanos, se presentará una situación paradojal. El estado de los cuatro obispos y de los 491 sacerdotes lefebvrianos “será un poco silmiliar a la Iglesia patriótica china”, que es apoyada por el régimen de Pekín y no reconocida pero con relaciones dificiles con el Papa de Roma, explicó un alto funcionario vaticano
Los lefebrianos, como los “patrioticos” chinos, no están en comunión ni obediencia real con Roma y actúan sin permiso. Para el Vaticano no pueden celebrar los sacramentos ni las misas ni los demas ritos. En el fondo no son considerados sacerdotes y obispos católicos.
El cisma más importante del siglo XX de la Iglesia católica, que se ha proyectado hasta ahora en la primera década del nuevo siglo, controla un total de 1128 clérigos. Además de los 491 curas, hay 215 seminaristas, 117 monjes, 164 religiosas y cinco conventos carmelitas.
Los ultraconservadores seguidores del obispo Marcel Lefebvre, fallecido de cáncer en 1991, están en 31 países y cuentan con seis seminarios, entre ellos el de La Reja, dos universidades, 88 escuelas y 159 prioratos. Se estima que la feligresía es de unos 100 mil tradicionalistas que creen que el Vaticano y los últimos Papas han “descristianizado” a la Iglesia Católica.
Fonte: CLARIN (Argentina)
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