En 2001, Estados Unidos rompió su alianza con el entonces presidente de Kirguistán, Askar Akayev, al que había respaldado desde el colapso de la Unión Soviética (1991), que lanzó a la independencia a 15 países, entre ellos los cuatro de Asia Central (Uzbequistán, Kazajistán, Tayikistán y Kirguistán), rápidamente integrados en el marco de la OTAN.
Kirguistán se transformó en la principal ruta de aprovisionamiento para EE. UU. en Afganistán, a través de la base de Manas, una de las principales instalaciones del Pentágono en el mundo.
En junio de 2001, China creó con los 4 países de Asia Central más Rusia, la Organización de Cooperación de Shangai (SCO), organismo de seguridad; y tres días después anunció un préstamo por 10.000 millones de dólares para la región, incluyendo la compra de equipamiento militar.
China tiene con Kirguistán una frontera de 1.100 kilómetros, y la provincia fronteriza china es Xinjiang; allí se desataron (julio de 2009) disturbios que provocaron más 200 muertos, sobre todo de la etnia mayoritaria Han (90% de la población china).
El gobierno chino se propone unir con un ferrocarril superveloz Xinjiang y Kirguistán, en una línea cuyo destino final en 2025 es Frankfurt (Alemania), e incluso Londres. Ya están en construcción 12 autopistas desde China hacia los cuatro países islámicos del Asia Central, en primer lugar Kirguistán.
Al mismo tiempo China profundiza su presencia económica en Afganistán. Allí es el principal inversor extranjero. Sólo en la mina de cobre Aynak –una de las mayores del mundo– ha invertido 3.500 millones de dólares.
El 24 de marzo, China firmó acuerdos con el gobierno afgano del presidente Karzai para realizar inversiones hidroeléctricas, ferroviarias y de construcción. Esta semana, el gobierno norteamericano informó que ha descubierto en Afganistán yacimientos minerales –cobre, oro, cobalto, litio– por más de un trillón de dólares, que serían superiores a los de Chile, Australia y Canadá.
En 2005, el régimen de Akayev fue derrocado por una insurrección popular (Revolución de los Tulipanes), lanzada por la minoría uzbeka (14% de la población), que provocó más de 300 muertos, y fue sucedido por el actual “gobierno provisorio”, de mayoría kirguisa (65%), y respaldo de Estados Unidos.
Fonte: Clarín (de Argentina)
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