Vulnera los derechos humanos
La Inquisición que vuelve
Desaparezcan palabras como "anatema", "execración", "excomunión" y "penas eclesiásticas"
Antonio Aradillas, 22 de abril de 2012 a las 18:00
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Sello de la Inquisición
El testimonio de vida cristiana en humildad y pobreza, que dan los teólogos "condenados" o "condenables", es prueba fehaciente del compromiso con la Iglesia que han contraído
(Antonio Aradillas).- Santa o no santa, con estricta profanación de cuanto contiene el término "santa", la Inquisición está
volviendo otra vez a la Iglesia. Esto no quiere decir que hubiera
desaparecido del todo. Quiere decir que en la actualidad adquiere
remozada vigencia, por lo que titulares de prensa idénticos al que
preside e inspira estas reflexiones, se encuentran con asiduidad y
preocupación en cualquiera de las publicaciones de corte religioso y en
la mayoría de los medios de comunicación social. Este es el hecho del
que hay que partir con rigor histórico, siempre con piedad, respeto y
consideración.
.El renacimiento y restauración del "Santo Tribunal de la Inquisición
- "Santo Oficio"- es bien patente. El cambio del nombre por el de
"Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe", ni cambia el sistema,
ni los procedimientos, propósitos y consecuencias. Teólogos de prestigio
viven en permanente amenaza de descalificación y condena.
. Vaya por delante que sus efectos, tan negativos en la mayoría de los casos, no se consuman
y finiquitan en áreas puramente religiosas y de la propia conciencia.
La sociedad cristiana imperante en demarcaciones -países, regiones,
ciudades y colectividades-, acusa en grado muy relevante toda
desautorización, y consecuente descrédito para sus teólogos.
. Al igual que en tiempos pretéritos inquisitoriales, el diálogo y
la previa admonición no siempre se hacen presentes, y menos con
motivaciones instigadas por la caridad, la comprensión y el deseo
cristiano de evitarles escándalos a los más débiles y a la misma
Iglesia.
. Da la impresión de que en realidad, lo que pretenden los
"inquisidores" es "impartir lecciones de sabiduría y de primacía",
acabar de una vez, y hasta de raíz, con los "disidentes", seguir
mereciendo a perpetuidad el puesto sinodal o curial que detentan, y
hacerlo además con el convencimiento más o menos forzado, de que así les prestan un grato servicio a Dios y a la Iglesia.
. Con el intento y propósito de apagar la reflexión, el estudio, la
dedicación a la investigación y la consagración a convicciones que no
reportan beneficios terrenales, se corre el gravísimo riesgo de que se quebrante la fe y hasta que algún día sople con fuerza mayor el Espíritu.
. Los "inquisidores" tienen hoy concluyentemente prohibido encaminar
a la hoguera a sus condenados. Los más elementales derechos humanos así
lo prohíben, gracias sean dadas a Dios, y el "malicidio" está
expatriado. No obstante, el cristiano, aún admitiendo respeto a la
vida, a la luz de la fe piensa que el de la felicidad a la vida eterna
podría padecer serio quebranto, a consecuencia de la
reprobación-censura dictada por los "representantes oficiales de Dios en
la tierra".
. Por favor, por amor de Dios, y por respeto a los diccionarios,
tachen de los dicasterios romanos,- y de aquí en adelante, también de
los diocesanos-, palabras y conceptos tales como "anatema", "execración", "excomunión" y "penas eclesiásticas".
Y además, firmen y den la cara quienes fueron los responsables
directos del documento descalificador, y de las razones y argumentos
sobre los que lo sustentan.
. Piensen que vivir teologalmente, es decir, con el pensamiento
puesto al servicio de Dios y de nuestros hermanos los hombres, reclama
una situación interior de sosiego, de paz y equilibrio ajena a
cualquier temor de ser conducido a la pública desacreditación por los curiales de turno.
. El testimonio de vida cristiana en humildad y pobreza, que
dan los teólogos "condenados" o "condenables", es prueba fehaciente del
compromiso con la Iglesia que han contraído, en discordancia a veces
con el que se les asigna a los "inquisidores" curiales.
Desde aquí aliento a quienes todavía siguen reflexionando e
investigando por su cuenta en la Iglesia, en relación con cuestiones y
misterios que configuran los tratados teológicos, descartando la
eventualidad de que hasta esos mismos territorios puedan ser alcanzados
- y en España todavía más -, por alguna condena. También esta
vulneraría, - ¡y de qué modo¡- los derechos humanos.
Fonte: RELIGIÓN DIGITAL
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