MIGUEL MORA - Roma - 07/01/2011
El desasosiego de la Iglesia católica por el aumento de las
persecuciones y la violencia contra los cristianos en Oriente Medio es
cada vez mayor. Tras el atentado islamista de la noche de fin de año,
que provocó 23 muertos entre los cristianos egipcios que rezaban en una
iglesia copta de Alejandría, líderes religiosos de las dos orillas
trataron ayer de rebajar la tensión y apelaron a la paz y el respeto
mutuo.
El elemento político es crucial, según el cardenal Angelo Bagnasco
"¿Son perseguidos por hablar de la dignidad e igualdad de las personas?"
Un gran imán dice que los cristianos de Oriente son vitales para sus sociedades
"Los extremistas no distinguen entre cristianismo y Occidente"
El presidente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), Angelo
Bagnasco, pidió en nombre del Papa a la comunidad internacional y, en
especial a la Unión Europea, que intervengan y hagan oír su voz "de
forma fuerte y clara para que el derecho a la libertad religiosa se
respete en todas partes y sin excepciones".
Durante la homilía de
una misa celebrada en la catedral de Génova, el cardenal afirmó que la
CEI y el Papa "están atónitos ante tanta intolerancia religiosa y tanta
violencia". Y añadió: "Nos preguntamos doloridos por qué. Por qué se
derrama tanta sangre en tantos lugares de la Tierra".
El elemento
político es para el Vaticano uno de los nudos gordianos del asunto,
según dejó claro Bagnasco retomando el hilo del discurso pronunciado por
el Papa el pasado 1 de enero. "¿Los cristianos son perseguidos porque
hablan de la dignidad e igualdad de las personas, sean hombres o
mujeres?", se preguntó buscando los motivos de las persecuciones. "¿Son
perseguidos porque, en nombre de Cristo, predican el amor también contra
quienes se dicen sus enemigos? ¿Por qué hablan de perdón, rechazan la
violencia y trabajan como constructores de paz? ¿Por qué predican la
justicia y el Estado de derecho? ¿Quizá es por eso por lo que algunos
los juzgan peligrosos e inaceptables, merecedores de persecución y
muerte?".
Mientras, desde Roma, Benedicto XVI envió sus "más
fervientes augurios a las Iglesias orientales que mañana [por hoy]
celebrarán la Navidad", en referencia a la golpeada comunidad copta de
Egipto. Ante una plaza de San Pedro repleta de fieles, el Papa apeló a
que "la bondad de Dios, aparecida en Jesucristo, Verbo encarnado,
refuerce en todos la fe, la esperanza y la caridad, y dé consuelo a las
comunidades que se encuentran a prueba".
Las voces del mundo
islámico también se hicieron oír. El gran imán Ahmed El Tayeb, jefe
espiritual de la mezquita Al Azhar de El Cairo, la más prestigiosa
institución del Islam suní, solicitó al Papa, a través de una entrevista
con Il Corriere della Sera, "un mensaje de paz que pueda reabrir puentes de confianza y disipe los malentendidos".
El
Tayeb, nombrado en marzo pasado por el presidente egipcio, Hosni
Mubarak, había reprochado a Benedicto XVI, después de su dura condena
del atentado perpetrado en la ciudad de Alejandría, que no hubiera
denunciado con el mismo énfasis las matanzas sufridas por los musulmanes
en Irak. Ayer, más conciliador, definió los ataques contra los
cristianos como "acciones terroristas no dirigidas solo contra esa
franja de la población, sino contra el entero Egipto", que tienen "el
objetivo de desestabilizar el país y atentar contra la seguridad y la
unidad nacional".
El Tayeb se mostró convencido de que las
relaciones entre musulmanes y cristianos en Egipto se normalizarán
pronto porque "los atentados han despertado la conciencia colectiva
contra los peligros comunes". A su juicio, "los cristianos de Oriente
son un componente esencial para sus sociedades de pertenencia y una
fuente de riqueza de la civilización oriental y de la tradición
árabe-islámica". Y aseguró que su protección y seguridad "están
garantizadas por sus derechos de ciudadanos".
Mientras tanto, los
líderes religiosos islámicos moderados ultiman una fetua que condenará
los atentados contra las iglesias, lo que equipararía esas acciones a
las que sufren los musulmanes y las mezquitas. La aprobación del decreto
se realizará en Líbano en los próximos días, según dijo ayer a Radio
RAI el secretario general de la Spiritual Islamic Summit, Mohamed
Sammak, uno de los líderes musulmanes que intervino en el último Sínodo
para Oriente Medio celebrado en el Vaticano.
"El acuerdo sobre el
texto está listo", aclaró Sammak, quien anunció que en la reunión
participará también el Centro de Estudios Islámicos de El Cairo. Según
Sammak, esa es la "respuesta del Islam a los extremistas que atacan a
los cristianos porque no distinguen entre Occidente y cristianismo y
que, pensando que están en conflicto con Occidente, atacan a los
cristianos porque no pueden perpetrar directamente sus acciones en
Occidente".
Fonte: EL PAÍS (España)
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