Abusos a toda vela
La muerte de una cadete encendió el motín a bordo del 'Gorch
Fock', el velero orgullo de la Marina alemana. Pero detrás había mucho
más. El informe elaborado por un enviado del Parlamento alemán revela
tratos brutales, vejaciones, acosos sexuales y amenazas de muerte
LAURA LUCCINI 30/01/2011
Amenazas de muerte, tratos brutales, vejaciones y acosos
sexuales formaban parte de la disciplina de una de las embarcaciones más
famosas de todo el mundo -el buque-escuela Gorch Fock- según el informe de un parlamentario alemán. El escándalo ha causado una enorme tormenta política.
Los acosos sexuales eran tan habituales en la nave que un cadete describe como "el burdel flotante más grande del mundo"
"Si no subes hasta lo más alto nunca vas a ser un oficial", le gritó el capitán del Gorch Fock
a Sarah Leena Seele, una cadete de 25 años, que encaramada en el mástil
temblaba como una hoja. En cuestión de unos segundos, la recluta
vaciló, perdió el equilibrio y su cuerpo se precipitó al vacío
estrellándose sobre el puente de la nave. Tras su muerte, en la
embarcación se desató un motín. Los mandos suspendieron el curso de
formación para aspirantes a oficiales y mandaron a los cadetes a sus
casas, mientras la tripulación continuaba su viaje hacia el cabo de
Hornos.
Aunque la historia recuerda el mítico amotinamiento del Bounty,
el velero británico cuyos marineros en el siglo XVIII abandonaron al
capitán William Bligh cerca de Tahití, esta ocurrió hace pocos meses, el
pasado 7 de noviembre, a bordo de un velero que, en su periplo
alrededor del mundo, se encontraba anclado en el puerto de Salvador de
Bahía, en Brasil.
La Marina alemana aclaró la muerte de la
joven y logró silenciar el motín. O eso parecía, porque a primeros de
año Hellmut Königshaus, un miembro del partido liberal alemán, enviado
por el Parlamento para verificar las condiciones de las Fuerzas Armadas,
describió en un informe desgarrador todos estos acontecimientos y
muchos más.
Sarah Leena Seele era una mujer fuerte y ambiciosa,
que amaba su profesión. Sin embargo, en algún momento de la travesía
llamó a su madre por teléfono y le dijo: "Tú no tienes idea de lo que
pasa ahí arriba". Pocos días después moriría. Su familia ha denunciado a
la Republica Federal Alemana por homicidio involuntario. Las
circunstancias de su muerte aún siguen siendo un misterio.
"Estábamos
en el puerto de Salvador de Bahía y el entrenamiento empezó a las siete
de la mañana", cuenta un compañero de la recluta fallecida, que no
quiere revelar su identidad. Los cadetes habían llegado hacía apenas dos
días al puerto brasileño para empezar su curso de formación. Enseguida
fueron conscientes de la dificultad que suponía subir a lo alto de los
mástiles para arreglar las velas. "Sarah aseguró que no podía seguir
adelante, pero el capitán le ordenó que se comportase". En un momento
dado sus compañeros observaron cómo se arrodillaba y alguien le preguntó
que si todo iba bien. Ella respondió que sí. Poco después caería al
vacío.
Tras la muerte de la joven, el capitán del Gorch Fock
dirigió unas breves y frías palabras a la tripulación y a los cadetes:
"Los aviones se caen, los autos chocan y aquí también suceden
accidentes". Norbert Schatz ya era conocido por sus métodos educativos y
por presionar a los marinos hasta el límite de sus fuerzas. La última
entrada del diario de a bordo online de la web de la nave
(gorchfock.de), del 11 de enero de 2011, lo refleja fielmente. La Marina
militar chilena le había aconsejado seguir una ruta alternativa para
circunnavegar el cabo de Hornos, debido a las condiciones adversas.
"Pero Schatz quería navegar en el océano abierto. Las recomendaciones
hablaban de danger (peligro) y bad water (aguas
peligrosas). Pero él quería hacer sentir a la tripulación el ímpetu del
océano y a los jóvenes la fuerza salvaje de la naturaleza", escribe el
redactor de a bordo.
Los oficiales del velero compartían los
métodos de Schatz. Cuatro días después del fallecimiento de Seele, el 11
de noviembre, las imágenes muestran a varios oficiales organizando una
especie de fiesta de carnaval. Algunos de ellos, incluso, habrían
llegado a reunir dinero como premio para quien "le pegara a la recluta
más fea". Fueron precisamente estos hechos los que terminaron con la
paciencia de los aspirantes a oficiales y les llevaron a la rebelión.
Lo
que pasó a continuación no ha sido aclarado. Tampoco se sabe hasta qué
punto llegó el conflicto. Del informe se desprende que los cadetes se
rebelaron contra los mandos, cansados de las prácticas vejatorias y las
humillaciones infligidas por sus superiores. El capitán intentó
apaciguar el conflicto y encargó a dos cadetes que mediasen con los
"rebeldes", pero el intento fracasó.
La protesta interna creció,
los mediadores y otros cadetes fueron expulsados del curso, acusados de
"falta de cooperación" y de "motín e incitación a la insubordinación",
según los documentos de la investigación citados por los medios
alemanes. El curso se suspendió, y los cadetes fueron repatriados en
avión, mientras la fragata, con su tripulación, siguió primero hacia
Buenos Aires y luego hacia el cabo de Hornos.
La prensa alemana
destacó lo inusual de los hechos: en 52 años de historia del barco había
habido accidentes mortales, pero nunca se había interrumpido el curso.
Más tarde, en un intento de silenciar los hechos, fueron retiradas las
acusaciones contra los reclutas.
Todo permaneció oculto hasta que
la prensa alemana publicó el contenido del informe de Hellmut
Königshaus, miembro del partido liberal alemán, enviado por el
Parlamento para verificar el estado de las fuerzas armadas, en el que
los cadetes denuncian terribles novatadas y describen el trato brutal y
los acosos sexuales a bordo. "Sube al palo sin protecciones o te
mandamos a casa y puedes decirle adiós a tu carrera", era una amenaza
típica. Una recluta narra, además, el encuentro en la ducha con tres de
sus superiores: "Acuérdate de que la nave es como la prisión, en las
duchas, hay que cuidar tu trasero", le dijeron, antes de que lograse
huir. En este clima tenso se produjo la muerte de Sarah Leena Seele.
A
pocos días de la presentación del informe, el ministro de Defensa
socialcristiano Karl Theodor zu Guttenberg ordenó la interrupción del
viaje del Gorch Fock y pidió una investigación. Desde entonces y
hasta esta semana el barco ha permanecido amarrado en el puerto de
Ushuaia (Argentina), adonde llegó una comisión de investigación. El
capitán fue destituido antes de que empezaran las investigaciones, lo
que causó una gran polémica entre la jerarquía militar, que por primera
vez desde su toma de posesión se volcaron contra el ministro. Un miembro
de la comisión, Michael Brühn, ex capitán de la nave, ha sido
comisionado para llevar el velero de vuelta al puerto de Kiel, en
Alemania.
El revuelo que estos hechos han provocado en los medios
de comunicación alemanes ha causado un efecto dominó y cada día aparecen
nuevos detalles y denuncias de ex reclutas, ex oficiales o familiares.
Los que estuvieron en el Gorch Fock no dejan de contar nuevos
hechos sobre excesos sexuales y juegos violentos a bordo de la nave, a
la que un cadete llega a describir como: "El burdel flotante más grande
del mundo".
Las imagenes publicadas por el diario sensacionalista Bild
muestran con detalle algunos episodios de la vida a bordo: baños en
vómito, latigazos, trampas medievales, sadismo y vejaciones de todo
tipo. Existe, también, un video de un ritual de iniciación al paso del
Ecuador que muestra una humillante carrera de obstaculos, en la que las
reclutas son repetidamente golpeadas.
Tras la muerte de Sarah
Leena Seele ha salido a la luz otro accidente mortal, el de Jenny
Böcken, que murió en 2008, con solo 18 años, cayendo por la borda del
velero y ahogándose en el mar del Norte. Los padres de la joven
consideran que fueron insuficientes las investigaciones que la Marina
Federal realizó tras el fallecimiento de su hija y han presentado una
denuncia ante la Justicia ordinaria para que se reabra el caso. Aseguran
que tienen indicios de que Jenny fue acosada sexualmente en el barco y
de que no murió en un accidente, como indica la versión oficial.
"Considero
probable que Jenny fuese presionada y que cayese por la borda durante
una pelea. Un accidente no tiene sentido. Desde el principio pensé que
todo había sucedido por una coerción sexual", afirmó Uwe Böcken, padre
de la cadete.
Existe algo más que una simple intuición. La madre de la víctima asegura que un día antes de morir Jenny le mandó un e-mail,
que aún conserva, en el que le explicaba que necesitaba hablar con un
ginecólogo urgentemente y le pedía que le reservara una cita para el
mismo día de su vuelta. El texto del mensaje, publicado por el diario
sensacionalista alemán Bild, decía: "Mamá, tengo que visitar al
médico. En último caso, podría ir de urgencias el sábado por la noche.
Explícale (al médico) la situación. Espero que me ayude, si no, no sé
que haré...". El médico del Gorch Fock argumentó que se le había
diagnosticado un quiste de ovario, sin embargo, "a la luz de los últimos
acontecimientos (las especulaciones de abusos), me parece muy raro que
Jenny quisiese acudir a un ginecólogo de su confianza tan rápido como
fuese posible", comentó el padre.
Hellmut Königshaus volvió a
declarar el pasado 25 de enero ante el Parlmento sobre las denuncias de
los cadetes. Aunque relató "borracheras a bordo", "amenazas de muerte" y
"entrenamientos brutales", trató de rebajar el tono de las críticas: en
su opinión, antes de la última muerte no había grandes "incidentes a
bordo de los que se tuviera que informar", matizó que en las entrevistas
se produjeron denuncias "no masivas" contra la actuación de algunos
oficiales y abogó por una selección y preparación más rigurosa de los
cadetes del Gorch Fock.
A pesar de la gravedad de las
acusaciones, dentro de la jerarquía militar algunos encuentran absurda
la decisión del ministro de Defensa Zu Guttenberg de suspender el viaje
de la nave y destituir a su capitán antes del comienzo de las
investigaciones. Se le acusa, entre otras cosas, de buscar protagonismo y
de querer acallar las polémicas surgidas desde el seno mismo del
Ejército y que afectan gravemente a su imagen.
Otros indican, sin
embargo, que detrás de la insólita decisión de Zu Guttenberg hay mucho
más. Reinhold Robbe, miembro del SPD (Partido Socialdemócrata), ex
responsable del Ejército, pide al ministro de Defensa que aclare
públicamente las razones de la suspensión fulminante del capitán y
asegura: "Me parece entender que el ministro tuvo válidos motivos para
actuar como hizo".
Esta historia, cuyo final aún está por
escribir, puede acabar con la carrera del capitán Norbert Schatz, un
marino de 53 años, del que muchos oficiales aseguran que era el mejor de
los capitanes.
Fonte: EL PAÍS (España)
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