Claire Saraux y sus colegas, noruegos y franceses, recuerdan en su comunicación, que publica la revista Nature, que en 2007 el Panel Intergubernamental de Cambio Climático
subrayó la necesidad urgente de valorar la respuesta de los ecosistemas
marinos a este cambio global. Dado que los pingüinos están entre los
mayores predadores de los mares del sur, probablemente los más afectados
por el calentamiento, el uso de los movimientos de las poblaciones de
estos animales como indicadores resulta adecuado. Sin embargo, los
nuevos datos refutan el argumento anterior de que los animales se
acostumbraban a la banda e indican que las respuestas de los pingüinos
marcados a la variabilidad climática son distintas de las de los que no
están marcados.
"Los biólogos que buscan explicaciones a los
cambios en la abundancia de animales tienen que poder diferenciar entre
los movimientos de estos y los cambios reales en su población", explica
el experto británico Rory P. Wilson en la misma revista. "La solución es
seguir a los individuos y, dado que son difíciles de reconocer,
necesitamos marcarlos. El conocimiento del destino y las vicisitudes de
animales conocidos puede mostrar cómo responden a su ambiente, incluido
el cambio climático".
Para efectuar el estudio, los observadores se basaron en la comparación de pingüinos rey (Aptenodytes patagonicus,
la especie de mayor tamaño tras el pingüino emperador) con banda y con
transpondedor (marcaje electrónico), por lo que no se puede decir que se
hayan comparado con pingüinos totalmente libres, recuerda Wilson,
aunque se cree que la implantación de pequeños emisores receptores es la
técnica menos invasiva.
Las bandas metálicas exacerban el proceso
de selección natural, cree Wilson, ya que esta puede actuar sobre
diferencias mínimas individuales. Las bandas pueden producir lesiones en
las aletas o en las partes del cuerpo próximas debido al roce durante
el nado y hacer que el animal tenga que gastar hasta un cuarto más de
energía para nadar. Además, el brillo de las bandas puede atraer a los
predadores. Este método tiene la ventaja de que se puede identificar al
animal desde lejos mediante algo tan simple como unos prismáticos, pero
el estudio plantea si el conocimiento imperfecto así conseguido vale la
pena ante el daño infligido.
Fonte: EL PAÍS
Nenhum comentário:
Postar um comentário