SANDRO POZZI - Nueva York
La ola de desahucios tomó altura el año pasado en Estados Unidos. Hasta el punto de arrastrar a un millón de propietarios, a los que los bancos les quitó sus viviendas por no pagar las hipotecas. Es un 14% más que en 2009. Y podrían haber sido más, de no ser porque al final de año, grandes bancos como JP Morgan Chase, Bank of America y Ally Financial suspendieron los embargos tras detectar una serie de irregularidades en el papeleo.
Los datos de RealtyTrac vuelven a poner en evidencia que el sector
inmobiliario sigue deprimido en EE UU, cuatro años y medio después de
hacer pico el precio de la vivienda. El desplome se hizo evidente en el
verano de 2007. Nunca antes se había registrado un número tal alto de
reposesiones de vivienda por parte de los bancos. Y son una tercera
parte del total de expedientes que se iniciaron el año pasado a
propietarios morosos.
La alta tasa de paro, que se mantiene desde
hace año y medio muy cerca del 10%, explica en gran parte por qué la
herida no termina de cicatrizar. Pero no son solo los estadounidenses en
dificultad para encontrar empleo los que están atrapados por esta
espiral. Los desahucios también afectan a figuras tan reconocidas como el actor Nicolas Cage.
Cuando
las cosas iban bien en el mercado inmobiliario, Cage se lanzó a comprar
propiedades dentro y fuera de EE UU que no podía mantener, como la extravagante mansión que adquirió en Las Vegas en 2006
por 8,5 millones de dólares. Dos años después intentó venderla por casi
10 millones, con el mercado en caída libre en Nevada. Los bancos
recuperaron la propiedad.
Ahora vuelve a estar en el mercado, por
7,9 millones. Nevada es, precisamente, el Estado que tiene en este
momento el mayor índice de embargos en EE UU, con uno de cada 11
propietarios recibiendo notificaciones de los bancos por el impago de la
deuda. En la vecina Arizona, el riesgo de ser desahuciado afecta a uno
de cada 17 hogares. Le siguen Florida y California.
Sin perspectivas de mejora
Fue
un año difícil, como indica en RealtyTrac, peor incluso que 2009. Y las
cosas se pusieron muy feas en noviembre, cuando afloró el escándalo del
"robo-signing", por el que los bancos dieron curso a miles de procesos
de embargos sin revisar la documentación. Los esfuerzos de la Casa
Blanca para contener la ola tampoco están dando los frutos deseados.
La
situación no parece que vaya a mejorar a medio plazo, porque los
desahucios que quedaron suspendidos pasarán a engordar la cifra de 2011.
Para hacerse una idea del deterioro que sufrió el mercado de la
vivienda en EE UU, basta con comparar estos datos con las 100.000
propiedades que recuperaron los bancos en 2005, un año antes de que
estallara la burbuja.
Desde el inicio de la crisis, RealtyTrac
calcula que tres millones de propietarios perdieron sus casas, número
que se doblará para 2013 porque hay cinco millones de viviendas bajo
estrés. Eso significará que los precios podrían caer otro 10%, adicional
al 33% de media registrado desde el verano de 2006, según S&P Case
Shiller. La esperanza es que en 2011 se toque fondo.
Fonte: EL PAÍS (España)
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